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FOTO: AUTOS.ID |
Empieza la cuenta atrás para la transición a los motores eléctricos en Moto GP, con la creación de la categoría de Moto E, a imagen y semejanza de lo ocurrido en Fórmula I con la creación de la Fórmula E. El estreno contará con un ilustre, Sete Gibernau, que se vuelve a poner el mono con 46 años, y María Herrera, única piloto en el campeonato.
Técnicamente la evolución de las motos eléctricas va a estar protagonizada por la llegada de baterías con mayor capacidad de carga y menor peso, lo que condicionará la evolución de chasis, motores y neumáticos, en la carrera por acercarse a las prestaciones de las motos con motor de explosión.
Para ver lo que se puede llegar a conseguir, podemos fijarnos en el TT de la Isla de Man, donde está instaurada la categoría TT Zero para motos eléctricas. En la edición 2018, el ganador en Senior TT Peter Hickman (31 años) rodó en 135,452 mph (217,261 km/h), mientras que el vencedor en TT Zero TT Michael Rutter (46 años) lo hizo en 121,824 mph (196,056 km/h). Estas mínimas diferencias se han conseguido en sólo cinco años.
Para la puesta en escena de Moto E, doce equipos, la mayoría de los cuales ya estaban en Moto GP, con lo cual se asegura un nivel técnico acorde al reto. En este primer año, la fórmula es de cinco carreras -coincidiendo con los grandes premios europeos – a diez vueltas, con motos iguales para garantizar la competencia y dieciocho pilotos en parrilla.
PARRILLA COMPLETA DE MOTO E: ESPAÑA, EL PAÍS PROTAGONISTA
Y en esta parrilla, con la mayoría menores de 25 años, destaca Sete Gibernau, por palmarés, dos veces subcampeón de Moto GP, con nueve victorias y treinta podios, y por edad, cuarenta y seis años, curiosamente la misma edad que el mencionado Michael Rutter, ganador de la edición 2018 del TT Zero de la Isla de Man, donde tenemos varios ejemplos más de longevidad, como John Mcguiness, también con cuarenta y seis años, Bruce Anstey con cuarenta y nueve, Ian Hutchinson con treinta y nueve y Guy Martin con treinta y siete, por citar algunos ejemplos.
El bueno de Sete todavía se estará preguntando cómo es posible que Sito Pons, en cuyo equipo militará, le haya convencido para esta aventura, pero la idea es muy buena y de lo que no cabe duda es del tirón mediático y técnico de esta alianza. Sete encaja bien en esta categoría, y más visto el ejemplo de sus colegas británicos, pues el pilotaje no se olvida y su forma física parece envidiable a tenor de lo visto en prensa. Además aporta su experiencia de cara al ingente trabajo de evolución que van a necesitar estas mecánicas, imprescindible en los inicios. Si todo sale bien puede añadir a su palmarés el primer título en esta categoría, un nuevo éxito sin precedentes para el motociclismo español.
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